domingo, 13 de enero de 2008

La Cuestión de la Trascendencia

"La adorable primavera ha perdido su olor"
.-Charles Baudelaire

Somos palabras que forman un escrito de magnitud cosmogónica inimaginable, que varían en orden y significado, en esencia y metáfora. Somos un fluido amorfo como el vidrio, de existencia amalgamable. Cada paso una avalancha de paradigmas disolviéndonos en la contradicción y el entendimiento de la causa...¿cuál causa exactamente? Ante tanta variabilidad solo conocemos el efecto, el efecto temporal de nuestro entendimiento.

Solo busco comprender, para hacerme mas miserable. Soplar la trompeta de los pensamientos y conocer cada tono en cada orificio, así perderme en la introspección anticipando todo lo hermoso y lo terrible. En cada soplido un sufrimiento, sufrir por el conocimiento... un conocimiento transitorio. ¿Es acaso la eterna búsqueda de la esencia la que mueve el universo erráticamente?, es esa búsqueda de la trascendencia la que nos ata al sufrimiento... con toda seguridad el sufrimiento es en esencia el efecto de la carencia de lo absoluto.

Paradójicamente creo haber despertado, aunque sigo mas dormido que antes, en un letargo de entelequias y antigüedades. Quizá solo sufro por efecto de la introspección porque fijo limites a mi sujeto, estos frecuentemente discordantes y aparentemente absolutos... retomo el circulo vicioso y quedo amordazado volviendo nuevamente al principio, ¿estoy seguro acaso de conocer o comprender la esencia?.

originalmente escrito el 17/09/94
Rafael D. García P.
Nocturnidae
17/01/2005

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