lunes, 21 de enero de 2008

|||: Una campana con su última vela... :|||

El niño esta sentado a la puerta de su casa,
nadie responde, a sus 29 ciclos acabaran las preguntas,
también habrán muerto todas las respuestas...

Memoria difusa de mil conocimientos,
apagón de todos los tiempos,
sus dientes están fijos y quebrados, esperando en silencio...

Nunca le llego la diafanidad,
mucho menos la débil luz perdida,
espera entre las sombras espesas de su molestia...

Las flores siempre coloridas,
del exterior en su paraguas,
para librar del sol a su alma lóbrega y desteñida...

Un nombre para estudiar la vida,
tomo por severo y lento camino,
regresando a casa para quedar solo en la espera...

Nadie llega, ni la sombra que lo acompañaba,
ni las palabras dulces alternativamente soñadas,
ni mas preguntas, mucho menos respuestas...

Llegara la noche... morirá como siempre de frío...
Sin alimentos para el alma ni consuelos para caídos,
cerrando su ojo medio muerto con una estúpida sonrisa.

16/09/05
Rafael D. García P.
Nocturnidae
Derechos Reservados

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