miércoles, 11 de junio de 2008

Teología Absurda de Orificios Hialinos




Tengo un espejo,
Redondo y vació, con un ojo seco en el medio,
que mira atrás, a las sombras, los avisperos y las marañas...
Ávido y permanente, viendo hacia la nada...

Observador fiel,
Mostrando su recomendable reflejo,
a los moradores de los profundos abismos cocleares...
Que siempre en sus andanzas pierden sus bastones...

Tengo un espejo que los refleja,
Cuando caminan y hacen maromas,
escriben poemas, sueñan canciones y se proyectan en su mundo,
para brillar como alegres centellas o morir felices como canallas...


Ojo prudente,
Que me advierte sobre la luna, incrédula...
Con su rostro desbaratado por los aguijones de las avipas,
que miran de reojo buscando alianzas...


Nocturnidae
Rafael D. Garcia P.
12 de junio de 2008
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