No existe ningún instante
en el mundo,
que se equipare con
el de la soledad,
un capullo atemporal,
con millones de hilos
entretejidos en las memorias,
con mil y un mas ,
palpitando en el imaginario…
Morales e inmorales,
francamente purpureas,
espirituales y trascendentales,
sólidos , ardientes y profundos,
algunas veces banales,
respirando en la lógica de los sueños inmateriales…
Siendo el uno y al mismo tiempo todos,
amanezco solemnemente,
vibrando bajo las carnes plenamente despiertas,
logrando alcanzar el nadie,
tomando el único fragmento indivisible del éter,
para abrigarse en la lucidez siempre eterna…
Encierro mágico, manifiesto perpetuo,
mil y un días , con todos sus ocasos,
de noche pálida, con introspección
vehemente,
donde subyacen nuestras más oscuras apetencias,
Idealizadas en la conquista de mares remotos,
Indeterminados y nunca propios…
Nocturnidae 09/07/2016