Resuena la temblorosa melodía, esa alegre e intermitente de nuestros desvaríos,
en mi cabeza... ocasionándome una molestia en el ojo izquierdo,
pues sí...ese que mira la cruz todas las noches en donde nos colgamos...
En cada uno de nuestros desvaríos...
Y así la esfinge cae dormida con la tenue luz de un remedo de diana,
entre carmesíes, azules y violetas recordado el sabor de la absenta,
porque el hada verde se marcha solo dejando una efímera estela,
que pinta trazos y rasguños sobre la sobria luna llena...
Tus mariposas llenan las paredes de plenos colores,
un ala emite un destello de infinita dulzura en la tarde gris magnifica...
Solo tengo imágenes en mi cabeza y recuerdos usados,
mis sueños pesados, exceptuando los tuyos donde bebo del néctar del saúco...
Aros entrecruzados, delirios muy verdes y mojados...
Despierto en el dorso de un saltamontes,
sobre los cielos, los mares y los llanos...
Para darme cuenta poco a poco de lo lejos que aun estamos.
Concluido
25/08/08
Rafael D. García P.
Nocturnidae
