¡Divina nocte!
Contrafigura implacable,
única que resucita siempre,
inmediata después del ocaso...
Singular eterna belleza... estrellada.
Te escribo ¡oh! serena hermosa,
mis sueños, tristezas y alegrías,
cual acolito de las sombras y los silencios,
en el éxtasis sombrío de los grillos...
cúbreme con tu negro manto, de falenas y efímeras...
bajo una hoja marchita,
mi refugio entre lagartos y sierpes
noctámbulos hermanos todos,
en tu mágica compañía silente...
danzas con tus ardores ambiguos...
Tu luna fatídica y profunda...
sus hilos... tu telaraña,
donde mueren las estrellas,
violentas y refulgentes en su partida...
Madeja de sueños lejanos y perdidos...
Árboles moribundos en el infinito,
Luz melancólica y serena,
Cantar del ave de los sueños,
Luminosa y diáfana de mis recuerdos...
Mis huellas son invisibles...mi pasado indescifrable...
Perfume exquisito y narcótico
En tu máximo, muero y retorno,
Indefinidamente...verdes y negros,
Entre murciélagos y retoños...
Una blanca flor me atrae, para sucumbir en su néctar...
Rafael D. García P.
Nocturnidae
12/05/05
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