lunes, 21 de enero de 2008

:Absolución:


A mi luminosa en su víspera...

Pido perdón al Dios misericordioso, la máquina eterna y a la naturaleza,
sin saberlo en plena ignorancia de mis acciones,
Contamine un alma hermosa con mis venenos,
Inocente, luminosa y añorada...

Transformación magnífica, plena de sabiduría,
cada vez mas profunda y oscura,
Perfumé su corazón con mis sueños... Siempre amargos,
Le ruego disculpas a esta delicada iluminada...

Preferiría no haber tocado su fatuum jamás,
con mis uñas sucias y mi profana conciencia,
siendo ella libre siempre, para nacer entre las flores,
sin morir todas las noches a su suerte...

Pido perdón eterno a esta dulce luz inolvidable,
por quererla siempre y recordarla,
una Nyphaea sobre el estanque de los cuervos,
todos los días y noches... bajo mi árbol de sueños...

No me arrepiento jamás de amarla y extrañarla,
más si soy culpable de no dejarla emerger de nuevo,
con sus alas brillantes nunca oxidadas... Inmaculadas,
lejos de mi jardín sombrío...

Mas lejos que nunca, están nuestras almas separadas,
mas dolorosas nuestras sutiles penas gemelas,
profundamente arraigadas... Hipnotizadas,
que no despiertan a la realidad de lo seguramente imposible....

Imploro absolución por lo inevitable,
El abismo se abre entre nosotros irremediablemente
Mea culpa... haber mancillado su espíritu y alimentado su sufrimiento,
con mi propia carne, mis ojos y mis infelices espinas...

Transformación magnifica de purísima sabiduría,
cada vez mas implacable y silente,
su metamorfosis en eterno heliconius... Durmiente sobre una telaraña
Le ruego disculpas eternas a esta alma iluminada...

Perdóname iluminada mía, mi corazón esta desgarrado,
corto uno a uno los hilos del destino... Liberándote,
vuela profunda mía, el cielo y mi corazón es tuyo,
mucho mas alto que las nubes...

Nocturnidae
Rafael D. Garcia P.
5 de marzo de 2006
Derechos Reservados

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