jueves, 7 de febrero de 2008

Onanismos Verbales

El noctámbulo queda dibujado,
en un mal retrato, cuando en el sofá se postra…
Para descansar de la pesadez del ocaso,
respirando el perfume del ajenjo,
con la profusa canela… quedando ensimismado…

El gato se acerca al durmiente para robar su nocturnal aliento,
saltando entre frasquitos perversamente mágicos,
en pasos serenos y silentes…
Entre llavecitas minúsculas sobre las repisas,
al ritmo de una melodía que asesinaría a un piano.

Es lo infausto del deseo lo que lo mueve,
en lo mas puro de la codicia profana,
haciéndolo firmemente lujurioso con el sonar de las campanas…
elevando su canto a un calzado,
¡pues sí! la soberbia suela de un zapato…

Descosiéndose con cada paso en falso,
mostrando los dedos sucios y desamparados…
Es ella en su toquetear malsano,
cuando finalmente decimos que hacemos silencio,
entre sueños y torbellinos desenfrenados…


Rafael D. García P.
Nocturnidae
Derechos Reservados
11/05/07

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