miércoles, 28 de noviembre de 2007

Así escucho la voz


Así escucho la voz que reside en mi jardín,
suavemente, disolviendo la virtud del pasado,
Llevándome a cruzar el oscuro lago...
Inocentemente, como el dulce encanto de ella.

Triste voz que ara en los campos azules,
Oculta, bajo el manto de cuadros rojos y blancos,
invisible de las miradas eternas,
Su esencia para navegar en el tiempo.

Eterno canto de la inconsciencia, creado y jamas destruido...
Naturaleza del jardín de mi existencia,
Seducción que me atrae al sendero de arboles grises,
donde encuentro sentada a la melancolía.

El sol sale nuevamente con su silencio,
Brillante, con el florecer del campo,
Promesa sagrada de la existencia,
luz plena, guiando la barca al lado iluminado del lago.

14/07/2004

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