sábado, 13 de abril de 2013




Estimado hermano Venezolano, tu que me conoces, tu que sabes como pienso, que bien sabes no estuve de acuerdo con la 4ta republica y ahora mucho menos con los desmanes de la 5ta, reconozco en estos años, que  la vida me ha dado la oportunidad de ver los valores  de otros países, otros sistemas políticos y reconocer sus cosas buenas comparándolas con la Venezuela presente y la anterior al Chavísmo, es un hecho que podemos mejorarlas pero sin duda alguna el Madurísmo no es el camino.

 Estoy seguro de que existe otra opción, que dependerá sin duda de nuestro rol social  para garantizar su cumplimiento. También sabes que siempre me he inclinado hacia la doctrina social pues creo con convicción que es el único camino posible para la reconciliación de los pueblos, por esa misma causa mi intención de voto es muy clara con Capriles y con la oposición pues creo sin compartir el 100% de sus ideales que es la oferta mas cercana al cambio para concretar nuevos tiempos en nuestra patria.

 El modelo revolucionario anterior fracaso y debemos darle la oportunidad a nuevas ideas así como mañana tendremos la maravillosa oportunidad de recuperar al país plural que tanto amamos, una oportunidad notable de hecho casi  dorada, considerando que quizá sea la ultima que tengamos para librar al país de estos malos años de pseudosocialismo, nepotismo, corrupción y anarquía,  para recuperar la patria de todos sin calificativos excluyentes, sin discriminación, la Venezuela  en la que de niños jugábamos en la calle y que podíamos acceder a bienes de calidad de producción nacional aun en la recesión, aquella donde los productos de la  cesta básica a pesar de sus ajustes y aumentos siempre estaba disponible en los supermercados. Esa  democracia que aun en los malos momentos te permitía quejarte en una comisaría, fiscalía o contraloría general de la republica,  aquella donde las denuncias a pesar de la lentitud procedían y  que disponía de facultades aun con sus defectos para juzgar  a los funcionarios por actos de corrupción, donde el delincuente no era aplaudido y el trabajador  honesto era recompensado, aquella de un sistema universitario publico donde pudimos entrar y graduarnos por nuestros meritos académicos y no por filiación al partido de turno. Aquella añorada Venezuela donde el verde podía trabajar con el blanco y con el rojo sin que esto fuese algún problema. Donde los valores humanos no estaban pintados por una tolda política y todos éramos considerados igual de venezolanos.

No busco con estas palabras convencerte, solo espero que seas tan objetivo y pienses sobre el futuro del colectivo y no en el  personal por los beneficios que recibes del estado. Venezuela merece una nueva oportunidad y creo que es el momento de actuar con la cabeza y no con la emociones de un credo político que a falta de evidencias a terminado por ser meramente religioso.

Rafael Danilo García Pérez.

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